Proteinas

Las proteínas son un nutriente fundamental en nuestra vida, las fuentes más importantes de proteína son los alimentos animales o sus derivados, llamadas estas proteínas “hemo”, también existen estas en el mundo vegetal, las cuales se llaman “no hemo”. Bien, tras esta aclaración es verdadero que el ser humano debe incluir en su dieta diaria proteínas, pero estas han de ser de calidad y en una medida justa. Una persona debe consumir a diario la cantidad de legumbres secas que caben en el puño de su mano, con esta cantidad ya cubre sus necesidades, estas combinan perfectamente a nivel nutricional con todo tipo de alimentos. Estas proteínas son alimentos de combustión lenta y nos beneficia su consumo porque nos proporciona una energía duradera. Por otro lado, el consumo de proteína animal no debe exceder de 125 gr/día y de ningún modo debemos recuperar un día lo que no hemos tomado el anterior. Estas serían las medidas adecuadas para mantener en equilibrio nuestro cuerpo tanto a nivel físico, mental y espiritual, lo que no significa que un día nos apetezca consumir algo más de cantidad, pero es conveniente dejarlo para ocasiones especiales, debido a que un consumo excesivo de proteína animal a diario va a generar en nuestro cuerpo a largo plazo atrofia muscular, rigidez en articulaciones, desgaste gastrointestinal, agresividad y pensamientos confusos entre otras muchas más cosas. Es recomendable consumir la proteína animal al mediodía y evitar su consumo habitual por la noche. No es que yo quiera llevar la contraria al resto de la sociedad, pero he comprobado en mí mismo y en otras personas que es mucho más beneficioso de este modo. Lo más positivo es que el día que vas a excederte en su consumo merece la pena ir a degustar un menú que conste de platos muy variados en pequeñas cantidades y no te limites a comerte un pedazo grande de carne, tu cuerpo te lo agradecerá. Quiero comentar también que el mejor acompañamiento para este tipo de alimentos es todo lo vegetal excepto los que exceden en carbohidratos como el arroz, la pasta o las patatas, simplemente su combinación nos hace engordar de forma no muy saludable. Existe en la actualidad un alimento de excesivo consumo que conviene comentar en este apartado, este alimento son los productos lácteos, siendo muy gracioso que somos el único mamífero que lo sigue consumiendo tras dejar de amamantar. Los lácteos por lo general producen exceso de mucosas en nuestro organismo y son el lugar favorito para las bacterias. Reconozco que posiblemente el lácteo preferido por los humanos es el queso y no me niego a que lo degustáis pero conviene hacerlo de forma moderada y ocasional. No creo que haga falta profundizar más en el tema de las proteínas, simplemente os recomiendo que seáis conscientes y que no os sirva sólo lo que yo os digo, simplemente ponerlo en práctica aproximadamente durante un mes y veréis los cambios. Recordad, consumir poca carne, que esta sea de calidad y de temporada, preferiblemente animales que no tengan un tamaño excesivo, el pescado que os alimente que sea salvaje, reducid al máximo el consumo de lácteos, y a diario ingerid un poco de legumbres siempre estas sin combinar entre sí y variad su consumo. También debéis combinar correctamente los alimentos. Todos estos pequeños detalles os proporcionaran una vida más agradable y longeva con una mayor habilidad física y mental, acompañada de un desarrollo espiritual. Romped con los patrones antiguos y comenzad un cambio en vuestra vida, transmitidlo a vuestros hijos y estos a los suyos y en un corto periodo de tiempo la cultura gastronómica de la sociedad habrá cambiado tanto que este mundo será mejor para los que lo habitamos.

Así pues, tomad conciencia de lo que coméis, y disfrutad de una buena elección de materia prima,

una variedad de producto y no os remitáis a comprar el producto que encontréis en el supermercado,

buscad alimentos que no habéis probado nunca, despertad vuestro sentido del gusto y descubrid nuevos sabores y aromas, eliminad el miedo a la gastronomía y probad nuevas combinaciones de alimentos, nuevas texturas, nuevos sabores, aunque siempre en armonía con el entorno, que sean alimentos naturales, libres de productos químicos, que sean frescos.